Pedro Sánchez se presentó en la comparecencia de ayer luciendo la máscara del guitarrista Mick Thomson, para anunciar la compra de un lote de 50.000 máscaras de Slipknot.

El presidente declara que encargaron esta remesa para paliar la escasez de mascarillas que demanda el sector sanitario y la población civil para protegerse frente al coronavirus, pero lamenta que "tendrán que devolverlas", ya que no es parte del merchandising oficial de la banda y tampoco sirven para prevenir contagios.

Según ha explicado, el intermediario y promotor de esta transacción no fue otro que el integrante de Podemos y locutor de rock Mariano Muniesa, quién aseguró por redes sociales que estas máscaras eran "lo más adecuado para los tiempos apocalípticos que se avecinan".

Pedro Sánchez asegura que su siguiente medida será apartar a Mariano del equipo de gestión de la crisis. "Que se dedique a hablar de Mago de Oz pero que no estorbe", ha añadido el presidente del Gobierno.

Sánchez también se ha anticipado a las críticas por esta gestión, afirmando que en Holanda y en Alemania se han visto en una situación parecida al adquirir unas máscaras de Ghost y Dr. Living Dead! inservibles.

"Espero que esta máscara sea un ejemplo de lo que no hay que usar para prevenir el contagio del Covid-19", declaró dando por concluida la comparecencia.

Fue entonces cuando Sánchez se cayó frente a los periodistas, dándose de bruces contra varios fotógrafos y quebrantando la distancia de seguridad recomendada. "Es que con esto no se ve un pijo, no sé cómo hacen los de Slipknot para tocar con esto", se justificaba antes de marcharse precipitadamente de la sala.