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En estado crítico un señor que llevaba el metal dentro

"EL METAL ES SIMILAR AL VIH: SE LLEVA EN LA SANGRE", AFIRMA SU MÉDICO

La cruzada de Jaime Gadez en su lucha contra el metal comenzó hace sólo tres días, cuando fue mordido por uno de los heavies de la Gran Vía de camino al trabajo. Jaime fue puesto en observación y lleva ingresado desde entonces con un cuadro grave de metáltasis en fase terminal, lo que en medicina se conoce como "una enfermedad más heavy que una lluvia de hachas".

Según su médico, "el metal es como el VIH, se lleva en la sangre y se contagia por contacto sanguíneo", por lo que cuando Jamie se dirigía a su oficina con un compañero y resultó mordido, el contagio y la transformación se produjeron de forma casi inmediata, como puede comprobarse en esta transcripción de los hechos:

—Antonio, ese macarra asqueroso me ha mordido.
—Tranquilo, te llevaré al hospital.
—De puta Maiden.
—¡Resiste Jaime!
—Resistiré, qué temazo de Barón Rojo.
—¡No, aguanta! ¿Cuál era tu grupo sanguíneo?
—Type O Negative, como el grupazo de Peter Steele.

Su médico, en una rueda de prensa para comentar el delicado estado de salud de Jaime, afirma que desde aquel instante la enfermedad fue a peor de un modo alarmante. "En estos casos, al paciente le crece melena y barba en pocas horas y comienza a decir que todo lo que se editó después del 86 es mierda; hasta se han dado síntomas como cagar cadenas", informaba a los periodistas.

"Y este caso en particular es de extrema gravedad: en estos momentos Jaime se considera melómano, pero dice que todo lo que no sea metal o música clásica es basura comercial", añade.

Al principio Jaime se resistía a la ayuda de los enfermeros, forcejeando con ellos y diciendo que son todos "unos metalpacos".

"Sus hábitos también han cambiado por la enfermedad, ahora su dieta se reduce a beber cerveza, comer frutos secos y quesitos, leer a H. P. Lovecraft y también necesita escuchar Twisted Sister al menos 4 veces al día", explica.

"Le habíamos dicho que con su historial clínico le quedaban sólo unas horas de vida, pero entonces nos contestó que 'el metal no puede morir' y se ha venido arriba", concluye el médico asombrado.

Aunque se ha librado de un desenlace fatal, las secuelas que esta enfermedad está dejando en el organismo de Jaime Gadez son irreversibles, y tendrá que pasar el resto de sus días siendo el típico heavy de Vallecas.

Por fortuna, la escena musical actual da oportunidades laborales a este tipo de discapacitados. El grupo valenciano Gigatron ya le ha ofrecido a Jaime un puesto en su banda como letrista cuando se recupere, dando un gran ejemplo de integración social.

"¡Anthrax luego!", exclamaba un esperanzado Jaime.

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